Brindillas

Todo empezó hace muchos años. Según el chef Mariano, él y su mujer, Florencia, decidieron abrir Brindillas en una antigua propiedad que perteneció a los padres de ella. Fue un proyecto que les llevó cuatro años restaurar, y finalmente lo abrieron en 2001. Sin embargo, tres años después, decidieron cerrar el restaurante porque sentían que necesitaban aprender más. Así que viajaron a España y Japón para adquirir más experiencia y, tres años después, volvieron a Mendoza para reabrir Brindillas. Ahora llevan unos 13 ó 14 años en esta segunda fase.

La carta de Brindillas cambia mucho en función de los productos de temporada. Por ejemplo, actualmente tienen un plato con guisantes que sólo preparan cuando están en su punto. Al chef Mariano le gusta mucho la repostería y trabajar con pescado, algo que aprendió en Japón. Un plato que siempre le ha gustado es un pre-postre muy sencillo que hacen desde cero: helado de limón con infusión de yerba mate. Es un postre refrescante que representa a la perfección la sencillez, que, según él, suele ser lo más difícil de conseguir.

Aunque el chef Mariano admite que no se le da muy bien hablar de sí mismo, cree que lo que define a Brindillas es su cocina honesta. No pretenden hacer nada exagerado ni inventado; trabajan con productos de calidad y ofrecen un servicio que cuida cada detalle, asegurándose de que la experiencia sea completa de principio a fin.

Elegido como uno de los mejores restaurantes de Mendoza, Argentina, por el equipo de Fine Dining Table